Camel "The Snow Goose Tour 2014"- Barts Theater, Barcelona - 18-marzo-2014.
"The Snow Goose Tour 2014" marca por fin el regreso de Camel después de diez años de ausencia. Superados los terribles problemas de salud que padeció su líder, Andy Latimer (un trastorno sanguíneo que lo llevó a sufrir un trasplante de médula ósea y que lo tuvo al borde de la muerte), la legendaria banda surge a escena con nuevos conciertos en el marco de esta nueva gira europea, conmemorando el 40º aniversario de su obra conceptual "The Snow Goose"(1975), y presentando también una nueva re-edición de la misma. Esta es una historia del escritor Paul Gallico, que inspiró en su momento a Andy Latimer y Peter Bardens (quien murió en 2002) para componer una bella y conmovedora página musical.
Esta obra totalmente instrumental marcó un hito discográfico en la carrera de Camel. En Abril de 1975 el álbum fue presentado en un concierto en el mítico Royal Albert Hall junto a la Orquesta Sinfónica de Londres.
Con la actual formación integrada por Andy Latimer (guitarras), Colin Bass (bajo), Guy LeBlanc, sustituído por un antiguo colaborador de antaño, Tom Scherpenzeel (teclados), Tom Jason Hart (teclados) y Denis Clement (batería y bajo), Camel rinde homenaje a una de sus máximas obras, pero también festeja sobre el escenario la vuelta del maestro Andy Latimer.
El concierto y la historia:
La música nos habla y nos cuenta una historia de amor, que transcurre en la región pantanosa de Essex, una zona aislada al sur de Inglaterra. Un hombre, una niña y un ganso blanco son sus protagonistas...
Los músicos entran a escena y el concierto comienza con la introducción sinfónica de la obra. Los teclados nos transportan a un paisaje natural de otra época y ahí podemos oir a las aves que poblaban el gran pantano ("The Great Marsh"). Entonces aparece Andy Latimer y nos deleita con el sonido de su mágica flauta traversa para presentarnos a Phillipe Rhayader. La melodía que identifica al protagonista es alegremente rítmica y suena muy optimista porque refleja su personalidad solitaria pero noble, fuerte y creativa a pesar de su aspecto grotesco. Sin pausa, "Rhayader goes to town" continúa en la misma línea melódica, aunque el recorrido cambiante y los intensos contrapuntos musicales agregan un sonido melancólico e introspectivo que simbolizan la lucha interior de nuestro personaje cuando se enfrenta a la gente "normal". Texturas ambientales llenan la sala para representar a continuación una melodía de ensueños que nos envuelve y nos transporta a un plano onírico. Y entonces imaginamos el lugar, el faro, y el santuario natural poblado de las aves salvajes que Rhayader cuidaba. La música también nos sugiere la imagen de "Fritha", la niña de doce años sosteniendo a un ganso blanco herido de bala. Las bellas notas que la identifican dan pie a la conmovedora melodía principal de la obra. Se trata del tema "The Snow Goose" (El Ganso de la Nieve), magistralmente tocada por Andy Latimer con el sonido puro y cristalino de su Fender Stratocaster Roja. Tanta belleza sublime nos mantuvo hipnotizados a todos durante su ejecución, y el silencio respetuoso se rompió abruptamente con la primera ovación del público que colmó el recinto del teatro. A continuación "Friendship", con sus graciosos sonidos de fagots nos sugieren los movimientos del ganso ya recuperado y feliz. También el surgimiento de la amistad entre el hombre y la niña, que tiene como punto de unión al ganso blanco. Luego el ritmo de la música se acelera en "Migration", que representa el vuelo o la partida del ave (Rhayader lo bautizó como "La Princesa Perdida"), junto a su bandada migratoria. Mientras tanto Fritha regresa a su casa, y Phillipe se queda solo. La música se aleja como las aves, y la banda nos emociona con un momento musical de increíble sutileza, que nos eleva otra vez ("Rhayader alone"). La energía del fade in del siguiente tema "Flight of the Snow Goose" (El vuelo del Ganso de la Nieve) significa el regreso de las aves y con ellas del ganso de nieve. El punteo de la guitarra expresa la alegría de Rhayader, que sabe que Fritha también volverá, como lo hará cada año. La música se torna más profunda, igual que los sentimientos. Eran tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Habían pasado diez años de ese primer encuentro, y un día Fritha descubre que había crecido y que sentía algo más por ese hombre tan especial. Pero Rhayader había decidido ir con su bote para salvar a los soldados ingleses atrapados en Dunkirk. El ganso de nieve va volando detrás de él. Rhayader se despide de Fritha sin saber que jamás regresará...
Aquí Tom Scherpenzeel, Tom Jason Hart y Andy Latimer, a tres teclados, realizan un magnífico trabajo, y las luces y los efectos le agregan un toque de belleza e intensidad, creando uno de los momentos más conmovedores de la noche. En este contexto bélico la figura del ganso simboliza la paz. En contraste con tanta acción, el interludio, es una melodía melancólica "Fritha Alone", tocada brillantemente por Tom Scherpenzeel sólo con piano, pero luego se vuelve muy intensa y más expresiva, y nuevamente el toque mágico de la guitarra de Latimer nos emociona profundamente. El ganso de nieve había vuelto. ("La Princesse Perdue"). Finalmente Fritha decide quedarse en el faro a cuidar del santuario de Rhayader, hasta que un día lo encuentra destruído por un bombardero alemán, de esa manera el gran pantano volvió a ser un lugar lejano y aislado como antes. Pero entre sus ruinas quedará guardada una historia entre un hombre, una niña y un ave...y Camel lo contó sin palabras a través de una obra maestra absoluta.
Ovación de pie de todo el teatro!
Aquí Tom Scherpenzeel, Tom Jason Hart y Andy Latimer, a tres teclados, realizan un magnífico trabajo, y las luces y los efectos le agregan un toque de belleza e intensidad, creando uno de los momentos más conmovedores de la noche. En este contexto bélico la figura del ganso simboliza la paz. En contraste con tanta acción, el interludio, es una melodía melancólica "Fritha Alone", tocada brillantemente por Tom Scherpenzeel sólo con piano, pero luego se vuelve muy intensa y más expresiva, y nuevamente el toque mágico de la guitarra de Latimer nos emociona profundamente. El ganso de nieve había vuelto. ("La Princesse Perdue"). Finalmente Fritha decide quedarse en el faro a cuidar del santuario de Rhayader, hasta que un día lo encuentra destruído por un bombardero alemán, de esa manera el gran pantano volvió a ser un lugar lejano y aislado como antes. Pero entre sus ruinas quedará guardada una historia entre un hombre, una niña y un ave...y Camel lo contó sin palabras a través de una obra maestra absoluta.
Ovación de pie de todo el teatro!
Durante la segunda parte, Camel se dedicó a recorrer algunos de sus mejores éxitos, la mayoría clásicos absolutos de su historia, y también otros temas de su última etapa. Con un sonido excelente favorecido por la fantástica acústica de la sala Barts, pudimos disfrutar de las diáfanas melodías de la guitarra de Latimer en todo su esplendor y de la riqueza de la obra de Camel, esa delicada combinación de elementos tomados de la música clásica, el jazz, el blues e incluso la música electrónica.
Sorprenden con una versión diferente de "Never Let Go", que incluía una introducción acústica, con cuatro guitarras y a tres voces (aquí Denis Clement toca el bajo). Luego se sucedieron los clásicos que nunca faltan en su repertorio "Song Within a Song" y "Echoes". Andrew Latimer, la estrella de la noche, desenfundó su flauta traversa en algunos momentos del show, pero lo que más nos deleitó fueron sus majestuosas intervenciones con su clásica Burny Les Paul. Siguieron con "The Hour Candle" del disco "Harbour of Tears". Andy Latimer pone un énfasis espacial, entrega y sentimiento, en este tema dedicado en honor a su padre fallecido. Luego "Tell Me" bellamente cantada por Colin Bass, y "Watching the Bobbins", otra del gran "Harbour of Tears". Dejando para el cierre dos temas del último disco de estudio "A Nod and a Wink". Es el momento de Colin Bass, quien durante la primera parte del show pasa casi desapercibido, pero aquí se transforma en el protagonista absoluto de esta graciosa mini ópera, "Fox Hill". Luego en "For Today" también del mismo disco, Latimer despliega puro sentimiento en cada nota de su increíble solo bluseado, de magia pura, con un final épico.
Para el único bis que tocaron, el público enfervorizado pidió a gritos y casi unánimemente la que muchos consideran su obra maestra, "Lady Fantasy". Esta canción es todo un himno, y fue el broche de oro de majestuosidad sinfónica para cerrar un concierto inolvidable.
Fue un placer ver a Andy Latimer en perfecto estado, y después de diez años tocando con la expresividad de siempre, y demostrando una vez más su inagotable talento. Quedamos totalmente plenos y felizmente sorprendidos por lo que vimos, un concierto que fue lo más parecido a un regalo del cielo.
Fernando Gonzalez
Genial Fernando!!!!
ResponderEliminarSoberbio trabajo de una de las mejores y más creativas bandas que haya dado el rock progresivo (amén de Pink Floyd, Marillion, Genesis, Yes, King Crimson ELP, etc), porque Camel no es solo calidad musical a raudales, sino también una gran pasión para interpretar cada tema. Mucha gente no conoce a este grupo, debe ser más que nada por falta de publicidad y marketing, como pasa siempre con decenas de bandas de gran nivel que tocan para reducidos públicos, y es lo que nunca voy a comprender, porque hay grupos que no tienen tanto marketing (por ejemplo Radiohead ahora) y sin embargo, haciendo una música con pasajes cambiantes e impredecibles, tienen mucho éxito en el mundo y hay otras que como Camel o King Crimson que no son demasiado famosas como para alcanzar el status de "banda legendaria" y eso, más allá de la importancia histórica que le adjudiquen revistas como "Rolling Stones".
ResponderEliminar"The Snow Goose" es un álbum conceptual de Camel, lanzado en 1975, que ha sido ampliamente considerado como una obra maestra del rock progresivo. El disco está inspirado en la novela homónima de Paul Gallico, y su música se caracteriza por su rica instrumentación y melodías evocadoras, sin letras, lo que permite al oyente sumergirse completamente en la narrativa musical.
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