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30 diciembre 2009

Feliz Año Nuevo!

A todos los amigos y desconocidos que siguen este blog les deseamos todo lo mejor para el año que comienza, y muchas gracias por compartir la buena música en nuestro primer año.
Los Fabulosos y Auténticos Max y Fernando.

29 diciembre 2009

Titanic...se acuerdan?


Titanic en vivo,  Ginebra, Suiza, 10 de agosto de 2008.

En agosto de 2008 hice un viaje a la ciudad suiza de Ginebra, conocida como la ciudad de los relojes. Es notable el interés que allí existe por la cultura y en especial por la música. En Ginebra se realizan importantes festivales musicales de todo tipo, y en las ciudades cercanas como Montreaux, famosa por el festival de jazz y por la historia del incendio del casino durante un concierto de Frank Zappa que inspiró a Deep Purple para componer “Smoke on the water”. También hay mucha música en Lausana y Vevey, en donde se halla la famosa estatua de Freddie Mercury con el puño levantado y que fuera tapa del disco “Made in heaven” de Queen.
En Ginebra durante el verano se organiza la típica feria junto al lago Leman, el sitio se transforma en un lugar recreativo con restaurantes, bares, juegos y paradas de lanchas turísiticas que recorren el lago.
En una de las carpas restaurantes con cena-show allí ubicadas y ante mi mirada incrédula se presentaba la legendaria banda Titanic…

Titanic fue una banda de rock originaria de Noruega fundada en 1969.
La formación original incluía a Janne Loseth (guitarra y voz), Kjell Asperud (percusión, voz), John Lorck (batería) y Kenny Aas (órgano y guitarra bajo). Más tarde se incorporó al grupo el cantante y compositor Roy Robinson, quien sería un miembro fundamental en la banda.
Su estilo era una especie de rock de los setenta con claras influencias progresivas, folk y hasta de Santana en algunos temas.
Tuvieron algunos éxitos internacionales como “Sea Wolf”, “Sultana” y “Santa Fe”, tanto en Europa como en Estados Unidos, en donde firmaron con la prestigiosa compañía discográfica Columbia. Luego, en su última etapa recorrieron el continente africano con su música…(!) Hasta que finalmente realizaron un concierto de despedida en Chile, en el Festival de Viña del Mar en 1984, ante 80.000 personas.
Con el correr de los años y tocando rock y blues por Europa, Roy Robinson y Janne Loseth se volvieron a encontrar y decidieron refundar Titanic junto a otros músicos, justamente en Ginebra.

Volviendo a aquella noche de Ginebra...Titanic se presentaba en una de esas carpas que incluía cena-show y baile, ante unas cien personas, que exceptuando un grupo de viejos rockeros, no eran precisamente muy entendidas en rock.
Titanic era el grupo animador de la fiesta, tocando un repertorio que en su mayoría eran covers muy conocidos (por no decir quemados) como “Knocking on Heaven Doors”, entre otros “hits o temas que sabemos todos”. De sus canciones tocaron la rítmica “Sultana”, la balada “I See no Reason” y alguna otra que ya no recuerdo. Con un sonido deficiente pero tocando bien y con voces afinadas, el show para ellos fue un trámite.
Cuando promediaba el concierto (o baile), yo avancé hasta el borde de la tarima para verlos de cerca, justo en donde había una barra de bebidas. En seguida el cantante Roy Robinson bajó del escenario y se paró al lado mío en la barra para pedir una cerveza, mientras sus compañeros seguían tocando.
Yo me acerqué para pedirle que tocaran “Sea wolf” o “Cover in dust”, temas que en mi adolescencia me encantaban, pero él me respondió que era imposible tocarlas en este momento por la falta del tecladista, y siguieron con sus covers.
Mientras tanto comenzaron a bajar del escenario sus compañeros en busca de cervezas dejando al baterista que hiciera su solo. Todo quedaba en familia...
Pero el momento cumbre de la noche lo protagonizó el saxofonista Phil Wilton, quien se subió por encima de las mesas y tocando entre la gente, y mesa por mesa, tuvo su interminable y patético momento de gloria. Yo pensaba “trágame tierra”…
Y me fui silvando bajito, caminando bajo la lluvia por las calles de Ginebra y pensando en el triste re-encuentro con una banda que podría ser un mito, pero que lamentablemente en la actualidad son solo sobrevivientes del Titanic.

                                                       Fernando Gonzalez





18 diciembre 2009

El indomable Elliot Smith


Steven Paul Smith (1969 Omaha, Nebraska – 2003 Los Angeles, California), más conocido como Elliott Smith, fue uno de los cantautores estadounidenses de indie pop más sensibles y talentosos de los últimos tiempos.
Residió durante la mayoría de su vida en Portland, Oregón, donde consiguió sus primeros éxitos y tocó durante varios años en la banda de rock Heatmiser.
Sus tres primeros discos como solista, muy lo-fi e intimistas: "Roman Candle" (1994), "Elliott Smith" (de 1995, con la portada con una foto de dos personas saltando desde la azotea de un edificio, deporte que Smith practicó en una ocasión luego de una pelea con su novia) y el magistral "Either/Or" (1997), fueron realizados en los sellos independientes Cavity Search Records y Kill Rock Stars.
Smith llegó al gran público cuando su canción "Miss Misery", incluída en la banda sonora de la película "Good Will Hunting" (en España "El indomable Will Hunting")dirigida por Gus van Sant y escrita Ben Affleck y Matt Damon, fue candidata a los Premios Oscar en la categoría mejor canción original de 1997.
La noche de los Oscar de 1998, más de 200 millones de personas vieron a Smith tal como era y cantando "Miss Misery" vestido de smoking blanco y sin poder hacer nada ante la magnificencia comercial de Celine Dion, quien se llevó la estatuilla dorada gracias a la insoportable canción de "Titanic".
Su actitud muy "indie", hizo que dejara de tocar "Miss Misery" después de los Oscar.
Aprovechando el impulso mediático de "Good Will Hunting", Elliot firmó un contrato con la discográfica Dream Works Records, en donde grabó sus dos mejores álbumes: "XO" (1998) y su obra maestra "Figure 8" (2000), trabajos que lo muestran en todo su esplendor con canciones de altísimo nivel y una producción muy lograda.
Elliott Smith era un personaje complejo y contradictorio, pero también afable e inteligente, creador de canciones con sabor agridulce que alcanzan el nivel de pequeñas joyas. Su música, atemporal, hecha para el alma, intimista y existencialista, se aleja de los clichés típicos de los movimientos musicales de moda. Sus canciones compuestas en su mayoría con una guitarra acústica, y rodeadas de los mejores arreglos pop posibles se caracterizan por el delicado equilibrio entre la ternura acústica de sus melodías y el rugido eléctrico y visceral de algún arreón de guitarra eléctrica; la euforia orquestal mas los arreglos de piano al estilo beatle; y por el sello principal que le da su distintiva voz, delicada y suave, a veces un susurro capaz de emocionar, y otras veces en superposición de capas para lograr bellísimas texturas cromáticas de armonías vocales.
"Me gusta como suena la voz doblada… me gusta porque me hace sonar menos como yo mismo…".
"Debe haber algo de tristeza en la música, para que la felicidad que alberga de verdad importe. Se puede estar triste y contento al mismo tiempo y es ahí cuando me salen mis mejores canciones".
En sus canciones Smith canta más bien al amor posible aunque poco probable, al olvido fugaz y a la soledad eterna. En su vida personal luchó contra la depresión, el alcoholismo y la drogadicción durante muchos años, y estos temas fueron habitualmente tratados en sus letras las que cuentan historias de sentimientos, deseos, miedos y rupturas, sorprendiendo la facilidad de Elliott para manejar las palabras.
Sus problemas de adicción a las drogas y al alcohol lo llevaron a tener serios conflictos con la compañía discográfica, quien le rechazó en un par de ocasiones el póstumo "From The Basement On A Hill" (2004).
En aquella época Elliott ingresó en un centro de desintoxicación de Beverly Hill para realizar un severo tratamiento contra las drogas, y al salir, casi todo el dinero que tenía lo invirtió en un proyecto de caridad: la "Fundación Elliott Smith Para Niños Maltratados".
Pero la historia cuenta que la noche del 21 de octubre de 2003, él decidió quitarse la vida hundiéndose un puñal en el corazón, dos veces...Tenía 34 años.
Las circunstancias de su muerte no fueron totalmente esclarecidas en la autopsia.
Tal vez las razones del final ya están escritas en "New Moon", un álbum-legado de rarezas y descartes de canciones escritas entre 1994 y 1997.
Era un músico fascinante, totalmente singular. Era un genio agridulce, ambiguo, pero genio. Hoy es un mito, otro más...

"Es tan raro esto de vivir de cantar canciones...Yo sólo hago lo que yo hago. Si tuviera que definirlo de algún modo diría que es música interior. No sé lo que es, pero ahí está... adentro. Y ahí estoy yo".

                                                          Fernando Gonzalez




13 diciembre 2009

Storm Thorgerson & Hipgnosis, la imagen de Pink Floyd


Storm Thorgerson & Hipgnosis

Storm Thorgerson (1944 - Potters Bar, Hertfordshire) es uno de los diseñadores gráficos más interesantes y conceptualmente desafiantes en el lenguaje visual del rock, reconocido por ser miembro del grupo de diseño artístico Hipgnosis, en donde creó algunas de las portadas de discos más famosas de todos los tiempos. Sus diseños más conocidos fueron los que realizó para Pink Floyd, y en particular para su obra conceptual “Dark Side of the Moon”.
Inspirado en las vanguardias del Siglo XX ha desarrollado una obra y un estilo personal basado en escenas impactantes, a través de montajes visuales en donde poderosas imágenes surrealistas llenas de belleza se ubican en inmensos espacios oníricos, a veces mezclados con una realidad absurda.

Con Hipgnosis, grupo que integraba junto a Aubrey Powell y Peter Cristopherson, se especializaron en el arte y diseño para portadas de álbumes de artistas que van desde Pink Floyd, Led Zeppelin, Genesis y Peter Gabriel, hasta The Mars Volta, Muse, Audioslave y The Cramberries, pasando por AC-DC, Dream Theater, Alan Parsons, Black Sabbath, Yes y muchos más.
Sus imágenes, verdaderas obras de arte, se han convertido en íconos que se identifican como sello distintivo de esas agrupaciones musicales.


Según Thorgerson, es importante el contacto directo con la banda y su música: “Esencial. Es esencial siempre conocer a la banda o a los músicos, y siempre es esencial escuchar la música y verlos tocar, si se puede.”
''Nuestros diseños son una especie de eco de lo que hacen los músicos…Como un músico, yo también de alguna manera realizo una actuación. No lo es para los oídos, sino para la vista. Aunque en mi caso eso siempre va a depender de la música. Al realizar mi trabajo no pienso mucho en la banda, sino en la música. Trato de encontrar las cosas que quiere trasmitir la música para representarlas en la portada. Así que no importa quién es o cuándo''.

El grupo Hipgnosis se separó en 1983, pero Thorgerson continuó detrás de las grandes portadas de Pink Floyd con producciones espectaculares, para más adelante incursionar en la dirección de cine, comerciales y audiovisuales.
La música entra por los ojos a través de las grandiosas e inigualables portadas de Storm Thorgerson. Su estilo único siempre sorprendente le otorga al Rock arte, grandeza e ideología.
En la obra de Thorgerson encontramos el punto en donde se encuentran la música y el diseño, donde los sonidos se convierten en imágenes.

                                                    Fernando Gonzalez













04 diciembre 2009

Vamos las Bandas...Eternas!




"En enero cumplo 60 años y mi idea es poder ver este ciclo tan hermoso, donde el cariño que recibí es interminable. Ahora me siento firme para hacerlo, en diez años no sé". Con esas palabras Luis Alberto Spinetta anunció la reunión de sus Bandas Eternas al cumplirse 40 años del primer disco de Almendra, banda fundacional del rock en Argentina. Los seguidores de Spinetta agradecieron este gesto inesperado para un músico que siempre se negó a mirar hacia atrás.

Edelmiro Molinari lo definió así en una nota previa al concierto: "yo no lo llamo reencuentro de nada. Si yo me tengo que remontar 40 años atrás, cuando la gente decía que nos habíamos separado, tengo que contestar lo mismo que contestábamos en ese momento: nunca nos separamos. Nos multiplicamos. Almendra fue un cuadro que pintamos entre cuatro personas que comparten una obra de arte con mucho amor. Y a partir de eso, cada uno de nosotros siguió con distintas experiencias, por eso nos multiplicamos: de Almendra nació Aquelarre, conjunto que hicieron Rodolfo y Emilio, con Héctor Starc y Hugo González Neira. Y nació Color Humano, el grupo en el que yo tocaba con Rinaldo Raffaneli, David Lebon y después, cuando se fue, con Oscar Moro. Pero Almendra nunca se separó".

Y llegó esta noche de milagros y ruido de magia, celebración inolvidable que revivió la poesía de Almendra, la furia de Pescado Rabioso y la experimentación de Invisible.
Además de estos próceres participaron músicos de Spinetta Jade, Los Socios del Desierto, y una lista enorme de invitados y temas que repasaron cuatro grandes décadas de música.
El estadio se transformó en un jardín, y los presentes, íconos de la cultura argentina como Charly García, Fito Páez y Gustavo Cerati, junto a figuras y leyendas como Diego Rapoport, el Mono Fontana, Beto Satragni, Leo Sujatovich, Pomo, Machi, David Lebón, Carlos Cutaia, Black Amaya, Bocón Frascino, Rodolfo García, Emilio del Guercio y Edelmiro Molinari hicieron un recital que seguramente será recordado como uno de los más antológicos de la historia del rock argentino.
Nadie obligará a decir a Luis (él tampoco lo hará) "que todo tiempo por pasado fue mejor", aunque estamos totalmente convencidos de que así es...
Pienso que ninguna crónica podrá alcanzar la intensidad emocional ni la calidad de lo que se vivió esta noche, tal vez el título que escribió un periodista se le acerque bastante al definirla como "La magia eterna de la buena memoria".
Yo creo que esta noche de Luis Alberto Spinetta y sus Bandas Eternas ha sido un ensueño dentro de este insomnio, y por el respeto ante la música y los músicos, por la trayectoria creativa pura e íntegra de este coloso, debería quedar escrita en el cielo, tal vez por unos niños.

Y que siga la melodía...


                                              Fernando Gonzalez