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26 abril 2010

Misplaced Childhood


Marillion - Misplaced Childhood - 1985

Misplaced Childhood, grabado en 1985, es uno de los mejores discos de la década del ochenta, es el mejor disco de Marillion y significó un antes y un después dentro del rock progresivo.
En aquellos años Marillion ya había grabado: “Scrip of a Jester´s Tear” y “Fugazzi”, y era un grupo más dentro de la escena neo prog. Liderados por el carismático frontman, cantante y letrista, Fish, por muchos motivos nunca les faltaron las comparaciones con Genesis de la época de Peter Gabriel, o con Peter Hammil. Pero con “Misplaced Childhood” los músicos de Marillion no sólo demostraron no ser meros imitadores de Genesis, sino que en pleno auge del pop y cuando parecía que el rock progresivo iba a desaparecer (ya que los trabajos de los grandes grupos de los ´70 estaban lejos de ser grandes obras) apareció este disco que logró dejar una huella importante en la historia de la música, y hoy es considerado un clásico y pieza esencial dentro del rock progresivo.
“Misplaced Childhood” es una gran historia unida a una gran interpretación musical. Su mayor logro es poder combinar lo elaborado del rock sinfónico con el lado más pop de las melodías. Los temas están enlazados magistralmente a modo de obra conceptual. La perfecta integración de las partes instrumentales con las letras está lograda mediante un delicado equilibrio entre belleza y dolor y por la natural fluidez con la que se unen las canciones para lograr un todo estructural perfecto. Las letras excelentes, son un pura poesía, el tono es totalmente melancólico y triste, haciendo siempre un guiño al pasado, ya que tratan sobre la pérdida de la niñez, la inocencia y el amor, la fama y la bajada a los infiernos, y la nostalgia de ver pasar la juventud.
Para destacar la portada de Mark Wilkinson cargada de símbología de la que se hace referencia en las letras (el niño descalzo, la urraca, el arco-iris, la flor).
A partir de este disco se les considera auténticos precursores del movimiento conocido como neo-prog, y con este trabajo, Marillion alcanzó su plenitud en los años ochenta.
Niñez Extraviada.
El disco da comienzo a partir de una suite conformada por cinco canciones. En “Pseudo Silk Kimono” una lejana introducción de teclados, misteriosa y solemne, y la intensa voz de Fish nos llevan directamente a la historia de esta obra. Es el espíritu de la infancia extraviada que le habla a su mente…
El brillante riff de guitarra del siguiente tema se une a continuación: "Kayleigh", el único tema con formato de canción, fue el hit single que sonó en todas las F.M. y permitió que Marillion fuera un éxito en todo el mundo. Se trata de una canción autobiográfica de Fish que cuenta una historia sobre un amor no correspondido. Su melodía es muy pegadiza y el solo de guitarra de Steve Rothery, memorable al mejor estilo David Gilmour, es simplemente espectacular. Sin interrupción se pega un pianito simple pero precioso, para dar paso a la balada “Lavender”, una canción llena de belleza y sentimiento.
Luego “Bittter Suite”, canción dividida en cinco partes. Esta suite nos lleva desde una oscura narración a un final de carácter épico que repite la melodía de “Lavender”, para cerrar con la maravillosa “Heart of Lothian”, tema compuesto de dos partes, que hace alusión a las tradiciones escocesas. la primera parte, o sea el lado A del disco de vinilo original se cerraba con este tema, y el lado B comenzaba a toda percusión con “Waterhole (Expresso Bongo)”, el tema menos trascendente de la obra. “Lords of the Backstage” se engancha a continuación con un ritmo pegadizo que da paso a otro momento de gran intensidad musical, la suite de cinco partes llamada “Blind Curve”. Aquí Fish nos cautiva con melodías brillantes que fluyen por encima de las geniales texturas que parten de los teclados y se mezclan con climas acústicos oscuros. Mark Kelly es el creador de esas atmósfera sutiles y ligeras, perfectamente acopladas a las guitarras de Steve Rothery (genial a lo largo de todo el disco) quien es el mayormente responsable de las partes instrumentales más impresionantes de este suite y de todo el álbum en general.
La siguiente canción tiene nombre en forma de pregunta “Childhood End?”. Sobre un ligero punteo de guitarra y un pegadizo riff de bajo, base de esta canción, se desarrolla una parte de la revelación del relato
El último tema, “White Feather”, cierra con fuerza y optimismo esta obra maestra que ha conseguido a través de los años dejar su selo de atemporalidad.

“Y era ya de día, y me encontré lamentándome por una infancia que creí perdida.
Miré por la ventana y vi una urraca en el arco iris, había dejado de llover.
No estoy solo, me giré hacia el espejo, y te vi, al niño que una vez amé,
el niño de antes de que le rompieran su corazón, nuestro corazón, el corazón que creí perdido.
¿Oye tú, te has sorprendido?, sí, más que sorprendido de saber que las respuestas a las preguntas
estuvieron siempre a simple vista....Entonces veo que soy yo, que puedo hacer lo que sea y que todavía soy el niño, porque lo único perdido fue el rumbo y lo reencontré.
No hay final para la infancia, porque eres mi amigo de la infancia, condúceme".

Voz: (Derek William Dick) Fish
Bajo: Peter Trewavas
Batería: Ian Mosley
Teclados: Mark Kelly
Guitarras: Steve Rothery


                                    Fernando Gonzalez




                            

18 abril 2010

Mentes sopechosas


Elvis y Nixon

Richard Nixon y Elvis Presley se reunieron sorpresivamente el 21 de diciembre de 1970, el encuentro, que tuvo lugar en la Casa Blanca, es una de las anécdotas más raras protagonizada por el Rey del rock and roll con uno de los presidentes más conservadores de la historia.
La desclasificación de los documentos secretos en 1986 permitió conocer los detalles oficiales de este encuentro de características surrealistas.
En aquella época Estados Unidos libraba una guerra dentro y fuera de su territorio. Los conflictos racistas habían creado una profunda división en la sociedad norteamericana. En plena Guerra Fría, Washington intentaba guiar al mundo hacia la libertad contra el fantasma del comunismo, y en la guerra de Vietnam todo era un desastre.
Por su parte el rock se manisfestaba a través de diferentes expresiones artísticas, a veces rebeldes y transgresoras, utópicas e ingenuas en otros casos, pero siempre comprometido contra la guerra y a favor de la paz.
En una reunión breve y fuera de agenda, Elvis y Nixon demostraron tener varios puntos en común: a los dos los preocupaba la sociedad violenta, la juventud y el uso de drogas, la amenaza del comunismo y los conflictos raciales generados por las demandas de igualdad de derechos de los negros. Los dos eran personas sumamente egocéntricas que estaban pasando por una mala época en lo personal y en lo profesional. Por el lado de Elvis, había dejado de ser el número uno, desplazado por Los Beatles durante la década del sesenta. Por el lado de Nixon, estaba a punto de ser el primer presidente de Estados Unidos en perder una guerra, la de Vietnam.
La idea de Elvis era convertirse en agente federal para combatir el consumo de drogas en el mundo del espectáculo y la música. Para cumplir con su objetivo se había encaprichado con tener una insignia, y por ese motivo debía hablar con el presidente Nixon. Esta decisión de ofrecerse al servicio de un gobierno ultra conservador, justamente opuesta al espíritu del rock, rebelde y transgresor, no hace más que alimentar las contradicciones de alguien que había perdido el rumbo, y que paradójicamente, siete años más tarde aparecía muerto en su mansión de Menphis por una sobredosis de drogas…
El Presidente y el Rey.
El 21 de diciembre por la mañana, a las 9.30, Elvis, con una carta escrita por él, se presentó en la Casa Blanca y pidió una audiencia con el presidente Nixon. Los agentes del Servicio Secreto alertaron al consejero presidencial Egil Krogh. "Ha llegado el Rey", le comunicaron por teléfono. El asesor de Nixon miró la agenda del día y dijo: "Pero si hoy no esperamos a ningún monarca." "No, no. El Rey del Rock. Está aquí en la puerta", le aclararon los agentes del servicio secreto de la Casa Blanca...
Elvis entregó la carta para Nixon. Krogh le dijo que aquella visita los tomaba por sorpresa y que tuviera a bien regresar al hote, y que le llamarían a lo largo del día. Entonces Elvis se marchó.
La carta de Elvis estaba redactada con la mejor intención aunque de manera simple casi infantil, las cinco páginas estaban escritas a mano con renglones torcidos y tachaduras en papel con membrete de American Airlines. Entre palabras de admiración por Nixon y su preocupación por la sociedad decía "puedo ayudar a este país al que amo", y que para eso necesita una credencial de agente federal para tener autoridad. Le da el teléfono de su hotel y le dice que, si finalmente se reúnen, tiene un regalo para él. A las 12:30 Richard Nixon recibió a Elvis, quien le mostró al presidente su total apoyo y le dijo repetidas veces que estaba de su lado y que quería serle de utilidad. Quería restaurar el respeto por la bandera americana que había perdido la juventud. Luego siguió hablando sobre sus estudios en lavado de cerebro que hacían los comunistas, sobre el peligro de las drogas, y reiteró su incondicional apoyo al presidente: "Yo estoy de su lado", repetía, y le dio un sorpresivo abrazo. Luego Elvis defenestró a los Beatles (sus máximos admiradores) diciendo que “han sido una verdadera fuerza contra el espíritu americano, vinieron a este país, hicieron dinero, y luego regresaron a Inglaterra donde promovieron un pensamiento antinorteamericano". Luego entregó al presidente Nixon un regalo que simbolizaba a la perfección su espíritu pacificador y sus deseos de trabajar en aras de la reconciliación social: una pistola Colt 45 con siete balas de plata en el cargador…
El presidente Nixon le agradeció su visita diez días después a través de una carta breve, que no estaba firmada y que llevaba estampado simplemente un sello: "Richard Nixon".
Por pedido de Elvis, la reunión en la Casa Blanca se mantuvo en secreto por más de un año, hasta que el diario “The Washington Post” la publicó el 27 de enero de 1972.
No se sabe con certeza si Elvis se convirtió o no en agente, aunque algunos investigadores estiman que Elvis llegó a ser un informante del FBI.
Lamentablemente a Elvis se le había escapado la tortuga...

                                                           Fernando Gonzalez


10 abril 2010

Un Encuentro Inolvidable



En el año 1998 The Rolling Stones y Bob Dylan salieron de gira por Sudamérica, coincidiendo la misma semana en la ciudad de Buenos Aires. La noche del 5 de abril de 1998 en el cuarto concierto de los Rolling Stones en el estadio Monumental de la ciudad de Buenos Aires, y ante setenta mil personas como testigos, se produjo el mágico encuentro de dos leyendas vivientes: Bob Dylan y The Rolling Stones.
Esta fue la segunda vez que Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts, Ron Wood y Bob Dylan compartieron un escenario, ya que la primera fue el 27 de julio de 1995 en el teatro Grammont de la ciudad de Montpellier en Francia, y en ambas oportunidades se unieron para interpretar el clásico de Bob Dylan "Like a Rolling Stone".
La noche del encuentro de dos grandes.
Bob Dylan, el mayor exponente de folk rock americano de todos los tiempos, fue el principal telonero de la noche, y ante un público atento que le brindó un respetuoso silencio, interpretó durante una hora, once temas con su acostumbrado bajo perfil, mostrando su incorruptible imagen de genio huraño, sin juegos de luces ni pantalla gigante, pero acompañado de músicos expertos. Su set list se basó en temas de su último disco por aquel entonces "Time of Mind," y por supuesto en algunos clásicos de su extensa carrera como "Mr Tambourine Man" y "Highway 61".
El concierto de los Stones pertenecía al "Bridge to Babylon Tour", y como en la gira anterior llenaron cinco veces el estadio Monumental de Buenos Aires, igualando el récord de tres años atrás. Debo confesar que en la Argentina hay una exagerada pasión por los Stones que va más allá del bien y del mal, y por ese motivo convocan a varias generaciones en sus shows. Fueron sólo cinco recitales porque la gira debía continuar por otros países, sino creo que hubieran hecho cinco más...para la historia.
Promediando el concierto, que ya era una fiesta total de rock, Mick Jagger simplemente dijo: "Bob", y en ese momento el invitado especial Bob Dylan hizo su aparición en el escenario ante una impresionante ovación. Entre risas y miradas cómplices Dylan y Jagger cantaron a dos voces "Like a Rolling Stone", e hicieron vibrar de emoción a todo el estadio. Fueron alrededor de cinco minutos lo que duró ese momento en el que pudimos ver a estos dos mitos vivientes compartir el escenario, pero en realidad significó el encuentro de una banda que es sinónimo de rock and roll inalterable con el líder espiritual más influyente de la cultura rock.

                                                             Fernando Gonzalez.






 

09 abril 2010

The Dark side of Rainbow


 THE DARK SIDE OF RAINBOW

Si ponemos el disco “The Dark Side of the Moon” (1973) y el film “The Wizard of Oz” (1939) es decir, “El Mago de Oz”, justo cuando el león de la Metro Goldwyn Mayer ruge por tercera vez, veremos una película con una banda de sonido muy especial conocida como “The Dark Side of Rainbow”, título que surge de combinar el nombre de la obra maestra de Pink Floyd con “Somewhere Over the Rainbow”, el nombre del tema principal de la película. El resultado es realmente increíble y viviremos una experiencia alucinante.
Si la sincronización entre música y película está creada a propósito como banda sonora alternativa, podemos decir que el film sirvió de inspiración para crear el mejor disco de Pink Floyd, pero si el resultado se debe a la casualidad, podemos hablar de una “relación cósmica” entre estas dos obras clásicas en sus respectivos géneros, y eso la hace aún más misteriosa, mística y mágica. Creer o no a todo lo que aquí sucede corre por cuenta de la imaginación de cada uno, pero lo que no se puede negar son las innumerables coincidencias que en algunos pasajes existen en perfecta coordinación. Como ejemplos podemos citar la exactitud de algunos comienzos y finales entre canciones y escenas; algunos movimientos y bailes con el ritmo de la música; es notable cuando partes de las letras tienen que ver con la acción del momento; y si analizamos más finamente también existen guiños simbólicos.
Los miembros de Pink Floyd han dicho repetidamente que el fenómeno es pura casualidad, y en una entrevista dijeron: "Algún sujeto con demasiado tiempo en sus manos tuvo esta idea de combinar el film con The Dark Side Of The Moon”.
A pesar de lo dicho por los músicos, existen más de cien coincidencias.
Enumeraremos sólo algunas de las más curiosas y en orden de aparación, ya que no alcanzaría el espacio del blog para todas. El disco de Pink Floyd cabe dos veces y cuarto dentro de la película. La primera de las pasadas es la mejor en calidad y cantidad de detalles, pero llama la atención que en la segunda y tercera sigue habiendo coincidencias, algunas notables.

El Arco Iris de Pink Floyd.


Dorothy, la protagonista interpretada por Judy Garland, se balancea al comienzo cuando la letra de “Breathe” dice: “But only if you ride the tide, and balance on the biggest wave”. Luego ella se cae justamente cuando comienza “On the Run”. Luego llega el momento cuando Judy Garland canta “Somewhere Over the Rainbow” junto a su perrito Toto, aquí se pueden observar detalles muy curiosos. En “Time”, aparece la bruja en su bicicleta justo en el momento de los estridentes sonidos de campanas y timbres de relojes (el comienzo de algo malo…), luego el solo de guitarra de “Time” comienza justo cuando cambia la escena, y durante el mismo, las palabras que se ven en el anuncio del Profesor Marvel son "Pasado, Presente y Futuro", o sea el tiempo…Luego cuando Dorothy decide volver a casa, al haber consultado al profesor, la letra de “Breathe Reprise” canta: “Home, home again, I like to be there when I can”.
Llega el momento más espectacular de este hermoso delirio creativo. Una de las sincronicidades más maravillosas que he visto, la que sucede con “The Great Gig in the Sky”.
La canción comienza justo con el cambio de escena en la que se acerca un terrible tornado.
La voz dice "And I am not frightened of dying" ("Y no me asusta morir") cuando el tornado se dirige hacia la casa. La batería entra al mismo tiempo que un árbol es arrancado desde sus raíces por la fuerza del viento, y comienza a cantar la espectacular voz de Clare Torry. Sus gritos impresionantes son el reflejo del sentir de Dorothy pidiendo ayuda desesperadamente. La intensidad de la canción se detiene cuando Dorothy se golpea la cabeza y entra en un profundo sueño. La casa vuela por el cielo como bailando dentro del tornado...cómo se llamaba el tema?...ah! “El Gran Baile en el Cielo”… (Alcoyana-Alcoyana!).
Aún siguen las sorpresas. La casa aterriza en la tierra de “Oz”, Dorothy se despierta, se levanta y camina lentamente (la música se desvanece) y al abrir una puerta se da cuenta que ha entrado en otro mundo. Justo en ese momento suena la caja registradora de "Money" mientras se ve el color de Oz (o del dinero), porque la película cambia del blanco y negro al technicolor.
Una observación importante es la imagen del prisma de la portada del disco relacionada con el tema, como un símbolo para el paso blanco y negro al color.
En la siguiente canción “Us and Them” ocurren algunos detalles menores sutiles pero numerosos, los más notables: las bailarinas Munchkins entran en la línea "nosotros, nosotros, nosotros", mientras que los simpáticos Munchkins del gremio de Lollypop entran cuando la canción dice: "yo, yo, yo" bailando al compás de la canción. Luego la bruja, vestida de negro, aparece detrás de una cortina de humo justo cuando la letra canta “black”, mientras que cuando dice “blue” la cámara enfoca a Dorothy, que está vestida de color… (miren la película por si necesitan saberlo). La siguiente canción "Any Colour You Like" comienza cuando cambia la escena. Durante el tema "Brain Damage" el espantapájaros canta "Si sólo tuviera un cerebro”, además está bailando como un loco cuando la canción dice “the lunatic is on the grass”.
El final de la primera pasada del disco es alucinante cuando los latidos de “Eclipse” se producen mientras Dorothy intenta encontrar los latidos del inexistente corazón del Hombre de lata.
En la segunda y tercera pasada del cd, aunque parezca increíble las coincidencias siguen, aunque si bien son numerosas, son más sutiles y están mayormente vinculadas al contenido de las letras.La más notable se produce en el final de la película cuando la canción canta la letra "To hear the softly spoken magic spell" ("Escuchar el hechizo mágico suavemente pronunciado") mientras Dorothy pronuncia las palabras mágicas que la devolvieron a su casa: "No hay ningún lugar como el hogar."

Para terminar, un último dato: existe una relación directa entre la canción “Somewhere Over the Rainbow” y el arco iris de la portada del disco.
Después de leer todo esto, ahora compruébelo usted mismo. Vale la pena disfrutar de esta experiencia.

                                      
                                                       Fernando Gonzalez