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08 marzo 2009

Genesis en Bruselas

Nota publicada en www.mellotronweb.com.ar (Jul.2007) - Argentina.



Genesis Turn it on again tour - Stade Roi Baudouin, Bruselas. 24-junio-2007.

A veces es difícil hacer un comentario imparcial cuando un artista significa tanto para la música como para quien escribe esta crónica, porque haber visto a Genesis en vivo, aunque sea en lo que puede ser su recta final, es una experiencia inolvidable.
El repertorio elegido para el Turn it on again tour, es una recopilación que recorre durante más de dos horas y media el eclecticismo de su discografía, y para complacer a la heterogeneidad de sus fans lo hacen alternando temas de sus diferentes épocas: con canciones más largas y complejas, para los más exigentes en formato meddley, junto a los recordados hits radiales.
Mientras esperábamos en el estadio el comienzo del show, las tribunas se iban llenando lentamente bajo una constante llovizna, y frente a nosotros se levantaba el megaescenario en forma de corona, con una pantalla enorme detrás y dos ovaladas a los costados en donde se proyectaba un agobiante bombardeo de merchandising.
Cuando Genesis subió al escenario con las últimas luces de la tarde-noche, la lluvia ya no importaba, y el público, que no es tan efusivo como el nuestro, los ovacionó con gritos y aplausos, porque se hacía realidad esta reunión tan esperada por todos desde 1993, y porque varias generaciones crecieron con sus temas, que a través de los años han marcado la historia del rock sinfónico en los setenta, y también al pop en los ochenta.
Entonces se oyeron las primeras notas de este mágico encuentro al que dieron comienzo con una selección del álbum Duke, que incluía Behind the lines (sin la parte cantada) enganchada con el breve Duke´s end formando un solo tema instrumental en donde la banda adquirió el protagonismo, y más allá de cualquier parafernalia y éxitos comerciales, son una banda sinfónica.
Seguidamente Phil Colins pasa al frente para cantar el hit radial Turn it on again que inyectó al show los primeros sonidos pop, y en la misma línea continuaron con No son of mine y Land of confusion.
A continuación, el segundo meddley, que hizo alucinar al estadio, comenzó a pura intensidad con In the cage, con la imagen de una figura humana enorme corriendo por detrás, siguió una versión instrumental majestuosa de The cinema show, con Tony Banks inmenso en los teclados (nos recordaron a Three sides live). La alquimia entre Genesis y el rock sinfónico nos estaba regalando una noche inolvidable. Seguidamente una versión algo breve de Duke 1s travels con algunos arreglos nuevos, finalizando con la memorable Afterglow, una de las más grandes creaciones de Genesis, con su espectacular final entre los colchones de coros de los teclados de Banks y el punteo del bajo de Rutherford, tan emocionante que provoca el deseo de que siga para siempre.
Ésta fue una de las mejores partes del concierto, y la gente sencillamente deliró.
Hold on my heart, a pesar de ser una balada melosa de Phil Colins, fue un relax después de tanto sinfonismo.
Phil estuvo muy gracioso haciendo chistes en perfecto francés para presentar el hit Home by the sea, y vuelve a la batería para tocar magistralmente la instrumental Second home by the sea, enganchada con la anterior. También, sentado en la batería cantó hit Follow you, follow me, la versión fue muy ligth, pero con un sonido perfecto.
El momento central de la actuación se produce cuando tocan lo que para mí son las mejores líneas musicales jamás escritas en la historia del rock sinfónico: Firth of fifth, su obra cumbre.
Sin la sublime introducción de flauta de Gabriel o las bellísimas notas del solo de piano de Banks, igual es la mejor parte del concierto, por el impresionante desarrollo instrumental, el talento y la energía con la que la ejecutan.
Arranca Tony Banks arrasador, demostrando que él es el espíritu musical de Genesis, Chester Thompson doblándose con Phil Colins en las baterías, despliegan lo mejor de sí, y brillan junto al bajo de Mike Rutherford como en sus mejores momentos, pero quien adquiere un protagonismo relevante en este tema es Daryl Stuermer haciendo un solo de guitarra estremecedor, que se funde con la intro de I know what I like como lo hacían en la gira anterior, pero esta vez con un toque mágicamente emotivo cuando aparecen proyectadas en tamaño gigante una serie de imágenes de ellos en sus comienzos incluyendo a Steve Hackett y Peter Gabriel.
Podríamos tomar este gesto como un guiño a los dos grandes ausentes(?)…o solamente como un homenaje a lo que fue su mejor formación cuando entonces “quedaban” cinco…
Pero aún faltaba la performance de Phil Colins en este tema golpeando la pandereta con varias partes de su cuerpo y en perfecta sincronización de movimientos con las imágenes de la gira del ´76, en la que se lo veía 30 años más joven, lanoso y barbudo.
Todo un showman haciendo participar al público y llevándose una gran ovación.
Con el hit Mama logran otra vez un equilibrio pop después de tanta demostración de talento sifónico. En este tema aparece la cara espeluznante de Phil Collins del tamaño de la pantalla gigante!
Ripples, otro gran momento del concierto, con una puesta en escena que reflejaba la belleza acústica y la paz de la canción, con un cúmulo de imágenes de una plena calma en un fondo de naturaleza y colores verdes que creaban un clima intimista.
Throwing it all away fue una fiesta con el público como protagonista acompañando a Phil cantando esta canción tan pegadiza.
Hay que destacar que Phil Colins cantó estupendamente, a los 56 años su voz sigue estando intacta en los temas más exigentes, pero su actuación como frontman de la banda ya no tiene la chispa de antes, aunque es un monstruo, como cuando dominando multitudes se divertía con la gente, que se fue entregando absolutamente a los juegos entre tribunas que él proponía antes de tocar la siguiente canción.
Domino, simplemente un momento que disfrutamos mucho entre las sutilezas del comienzo que va creciendo en fuerza hasta el final, acompañados de un juego de luces totalmente innovador.
Seguidamente Chester y Phil comenzaron frente a frente lo que ellos llaman “Drum´s duet”, golpeando el banquito de la batería de Chester, se fueron separando hasta alcanzar cada uno la suya, tocando a la perfección cada golpe al mismo tiempo, como si hubiera un eje de simetría imaginario entre ellos, situación que se reforzaba aún más ya que uno es zurdo y el otro diestro. Es notable la variedad de recursos que emplean desarrollando una gran capacidad técnica e imaginativa, tocan la batería como los dioses y además se conocen de memoria.
Este impresionante duelo de baterías finaliza con la incorporación del resto de la banda para la interpretación de Los endos, en otra gran demostración instrumental.
En la recta final llegaron más éxitos comerciales, primero la balada Tonigth, tonigth, tonigth, y luego sus mayores hits, Invisible touch, canción que hizo bailar a todo el mundo y la divertida versión de I can´t dance, con Phil, Mike y Daryl en su danza lenta recorriendo el escenario mientras se multiplicaban proyectados en la pantalla gigante una multitud de hombrecitos de colores que caminaban como ellos.También la gente se divertía sobre el césped haciendo largos trencitos al ritmo del riff de la canción.
Final con fuegos artificiales y muchas sonrisas. Después de tanta adrenalina, el único bis que tocaron para el cierre nos llegó directo al corazón cuando el piano de Tony Banks comenzó a tocar la sutil intro de Carpet crowlers, esta joya en forma de canción fue el broche de oro, como se merece un concierto de este nivel, un regalo para los que amamos la música de Genesis, y tal vez una señal para que Peter Gabriel y Steve Hackett se sumen en el futuro a la magia que estos colosos logran transmitirnos y que por muchas razones nos dejan la mejor sensación y el total convencimiento de haber cumplido un sueño...

                                                          Fernando Gonzalez




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